Ana María Velasco

mujeres de Atenco | Mirada Sostenida

Antes era muy contenta, muy alegre. Después de lo que pasó nos hicieron que no sintiéramos nada. Ha sido muy lento y desgastante todo ésto. Al principio quería salir, me la pasaba encerrada. Nunca será como antes, pero hoy puedo decir que ya recuperé parte de mi persona, que ahí la voy llevando. Mi razón de todo es vivir feliz junto a mi familia. Somos mujeres trabajadoras. Aquí estamos enteras.

El 3 de mayo de 2006 Yolanda y Ana María iban llegando a comprar flores porque era día festivo. Ahí las agarraron. Se metió a una casa en donde había más gente, entre ellos su hermano a quien también detuvieron. Ella fue de las pocas mujeres en reconocer a uno de los policías que la torturó y no sirvió de nada. Tenía una cocina económica y la perdió. Al salir de su detención regresó a trabajar en un puesto de comida en el mercado de Chinconcuac. De ahí la arrancaron, a ese lugar volvió y ahí seguirá. Sueña con impulsar a sus hijos, tener casa propia y ahí mismo poner su negocio de cocina.


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